Seguramente cuando Ruth Handlers en 1959 creó una muñeca para su hija Bárbara con características menos aniñadas que las tradicionales, a la que llamó Barbie, ni se imaginó que de alguna manera estaba creando uno de los patrones de belleza fundamentales y más extendidos del siglo XX y que aún perdura en el XXI. Luego Handlers como presidenta de la industria de juguetes Mattel la industrializó creando el global "mundo Barbie".
El patrón de belleza actual se complejiza entre el devenir de la belleza artificial y la belleza real, hasta llegar hoy al fenómeno denominado "Barbies humanas" que nos pone en alerta. Y que excede al fenómeno estético, ya que plantea también un fenómeno psico-socio-cultural de época, con especial impacto en las tribus urbanas de este tiempo. En Infobae avanzamos en explorar la esfera de la pulsión por la transformación estética y cómo se presenta en la Argentina.
En general se trata de mujeres jóvenes menores de 30 años que llegan al consultorio del cirujano plástico para realizarse una serie de cirugías estéticas con el objetivo de parecerse a una muñeca Barbie. ¿Es una conducta que se ve en el consultorio entre las argentinas?
El doctor Patricio F. Jacovella, jefe del servicio Cirugía Plástica del Hospital de Clínicas U.B.A., responde a Infobae: "Sí, es una conducta que se observa en el consultorio entre varias mujeres, sobre todo en menores de 30 años, que consultan mostrando una fotografía con determinado modelo de cara, labios y nariz".
Hay consenso entre los médicos cirujanos especialistas en cirugía plástica que al consultorio la mayoría de las mujeres llegan con una "inspiración estética". La zona roja entre profesionales y pacientes es establecer la línea del límite y el cuidado de la salud .
Explica Jacovella: "Hay que considerar dos aspectos: el deseo real y el deseo oculto. El deseo real es un acto voluntario de querer cambiar algún aspecto de la cara o del cuerpo, para verse mejor. Este deseo real sí es genuino, es válido. El deseo oculto en cambio es un ilusión de querer tener la cara o el cuerpo de otra persona, en la mayoría de los casos aparentemente famosa, para llegar al nivel de vida exitosa que dicha persona tiene. Y otras veces aparece el deseo de otra persona, sobre la paciente, que de manera directa o indirecta, induce a cirugías y quienes aceptan, cumplen un mandato externo. En estos últimos casos, cuando el resultado no se obtiene de la vida real, los resultados estéticos aunque sean excelentes, generan frustración" .
El doctor Carlos Van Thienen (MN 64680), especialista en cirugía plástica y reconstructiva, pone la lupa sobre los profesionales: "Lo que ocurre entre las mujeres argentinas es que hay una semejanza en los resultados estéticos de las pacientes que son intervenidas y eso es debido a los procedimientos empleados".
Así ingresan al debate sobre los modelos de belleza, las técnicas estéticas utilizadas en los consultorios y los criterios de cómo y a quién aplicarlas.
Agrega Van Thienen: "Muchas técnicas pueden ser muy atractivas en lo abstracto de la concepción pero una vez empleadas sobre "sujetos pacientes" nos encontramos con lo dinámico de una expresión facial y la tridimensión del volumen que no siempre está contemplado. Para tener belleza estática basta con luces, sombras y sacarse fotos. Para la dinámica, la real, la de todos los días, basta con sonreír y que los volúmenes faciales acompañen en correcta posición la armonía 3D. Algo que está muy lejos del modelo Barbie".
El origen en la red
Desde sus 14 años la norteamericana Dakota Rose, hoy de 18, es señalada como la precursora en divulgar la tendencia de las "Barbies humanas" en el mundo. Se la conoce con el nombre de Kota Koti y sus seguidores en las redes sociales son millones. Sus videos tutoriales y consejos de belleza especialmente dirigidos a las tribus urbanas de los Emos, la cultura asiática y los Ulzzang latinos, amplificaron el fenómeno.
Para Dakota los recursos estéticos para ser una Barbie humana no se agotan en las cirugías; valen los trucos estéticos también como sus lentes de contacto "circle lens" que aumentan notoriamente el tamaño del iris, haciendo que los ojos tomen una forma más atractiva.
Como Dakota hay varias "Barbies humanas" en la red: las ucranianas Anastasya Shpagina y Valeria Lukyanova, la inglesa Venus Palermo, entre otras.
Dice Jacovella: "Para los padres lo primero es consultar con un médico y verificar que el mismo sea un especialista en cirugía plástica. Segundo verificar que el lugar de atención sea el apropiado. Lo más importante es la entrevista personal, momento en que las pacientes deben expresar su deseo real y el profesional interpretar el deseo oculto. Las pacientes deben responderse a sí mismas: ¿Qué quiero cambiar? ¿Para qué quiero cambiar?
"De las respuestas sinceras se obtendrá una buena decisión. El médico especialista en cirugía plástica es el que tiene la decisión de operar o denegar la cirugía".
Griselda Seleme, cirujana plástica (MN: 80.033), refuerza: "A veces el paciente busca el médico que le dice lo que quiere escuchar y recorre hasta que lo consigue. Es fundamental que las pacientes, mucho más si son jóvenes, tengan una consulta con un profesional idóneo y criterioso. Y si es necesario recurrir a un psicoanalista para que lo ayude a ver, si no está canalizando con la cirugía otros problemas. Hay que hablar claro: la cirugía plástica en muchos casos estimula la autoestima, pero no siempre es la cura de los problemas".
"He rechazado pacientes porque estaban en un mal momento emocional para operarse. Tampoco acepto cuando el grupo familiar no apoya a una jovencita en una cirugía, porque se hace difícil transitar el posoperatorio, ya sea por la angustia o por la culpa. No estoy de acuerdo con el tipo de cirugías en la cual se quiere cambiar la cara en un 100%; en la Argentina no se ven casos tan extremos", agrega Seleme.
Barbies humanas y argentinas
El cirujano plástico Alberto Ferriols fue quien operó a Charlotte Caniggia, de 20 años, hija del futbolista Claudio Caniggia y de la modelo Mariana Nannis.
Charlotte declaró públicamente querer parecerse a una muñeca Barbie. A las pocas horas de salir del quirófano y luego de someterse a varios retoques estéticos escribió en su cuenta de Twitter: "Quedé divina, toda una Barbie".
Ferriols contextualiza el tema de las "Barbies humanas" para Infobae: "Veo claramente en el consultorio esta tendencia de chicas que quieren inspirarse en diversos tipos de belleza. Entre las jóvenes de menos de 30 años está muy presente el ícono de belleza de la muñeca Barbie: cinturitas de avispa, narices finitas y respingadas y muchas lolas... Antes venían con la foto de Sofía Loren, Charlize Theron o Angelina Jolie".
"Todo va bien hasta que un pedido pasa la raya de lo normal. Yo no hago nada que pueda poner en riesgo la vida o la salud de mis pacientes, ese es mi límite. Pero sobre la estética o el gusto , ellas deciden, yo no soy quien para meterme", aclara.
"Sobre Charlotte -precisa Ferriols- ella tenía claro que quería un estilo estético parecido a una Barbie, pero nunca pasamos el límite. La operación contó con la aprobación de sus padres. Lo primero que me pidió fue aumentarse las lolas; pusimos implantes de 600 cc, un tamaño acorde a su contextura, ella mide 1,72 m".
"En la nariz le hice una cirugía que se llama rinoplastía express", reveló el médico. Fue el primer retoque de nariz de Charlotte .
La vedette Victoria 'la Griega' Xipolitakis también se comparó ella misma con la muñeca y escribió en las redes: "Me impresiona parecerme tanto a una Barbie".
Aníbal Lotocki es el médico que operó a Xipolitakis y entre otras famosas a la ex novia de Diego Maradona, Verónica Ojeda.
Xipolitakis pasó de una silicona de 400cc a una de 520cc y se practicó una liposucción en la espalda y un retoque para marcar los músculos de la pierna.
Lotocki detalla a Infobae: "A mi consultorio vienen pacientes que quieren tener lolas como alguna famosa o vienen con alguna foto porque les interesa ser parecidas a...Pero no pasa de ahí. O vienen con la foto de una nariz que les gusta como referencia. No me piden ser igual a una Barbie y no lo veo como un fenómeno frecuente en la Argentina".
"Averiguan si es posible tener la cintura de Thalía o la cola de alguna persona que vieron en la televisión o en una revista, pero cuando le explicás que las fotos no son reales o que generalmente tienen photoshop lo entienden".
Dice Lotocki: "La idea fundamental frente a una paciente es no crearle fantasías irreales. Las soluciones son médicas y no mágicas, porque la cirugía estética tiene sus límites y como cirujanos no podemos dejarnos llevar por las expectativas del paciente sino por las posibilidades reales".
Cuando se lo consulta por el caso de Xipolitakis y su confeso interés de parecer una Barbie, Lotocki aclara: "En cuanto a la estética de Vicky, ella nunca me pidió parecerse a nadie. En realidad me manifestó ser una chica que sufrió anorexia de adolescente y que luego de superar este mal, quiso aumentar de peso. Lo logró luego de mucho esfuerzo: rutinas de gimnasio, vitaminas y complementos dietarios; y cuando se vio con el peso ideal le aparecieron adiposidades localizadas.
Me vino a ver diciendo que no quería hacer dieta porque le costó mucho lograr el peso ideal. Decidí hacerle una lipoaspiración de las zonas difíciles con lo que logró una silueta imponente y manteniendo el peso dentro de los límites normales para su edad y estatura. También se cambió las prótesis de las mamas porque las tenía asimétricas y aumentó un talle, ya que deseaba verse más voluptuosa y en equilibrio con los glúteos".
El estatus del proyecto de ley
Los fundamentos del proyecto de ley que prohíbe las cirugías estéticas en personas menores de 18 años apunta a "preservar la salud física y psíquica" y también incluye sanciones a los médicos que realicen las operaciones.
Infobae dialogó con la autora del proyecto, la legisladora Mara Brawer (Frente para la Victoria) para conocer el estatus del mismo.
Hasta ahora la comunidad médica no percibe el proyecto legislativo como una medida eficaz para concientizar a las más jóvenes contra la compulsión de las cirugías estéticas o la presión social de los mandatos estéticos. Una de las principales objeciones por parte de los especialistas es que el proyecto se construye sin contar en la Argentina con estadísticas serias y reales sobre el número de consultas por intervenciones plásticas.
Otro artículo detalla las sanciones que se les aplicarían a los médicos que realicen las intervenciones estéticas a menores de 18 años: según la gravedad del delito, abarcan desde un apercibimiento hasta multas de 5 millones de pesos y la inhabilitación temporaria de la matrícula.
Dice Brawer a Infobae: "En Argentina no hay cifras oficiales sobre la cantidad de cirugías estéticas (ni de menores de 18 años, ni de adultos) porque muchas de estas operaciones no se realizan en hospitales sino en consultorios y en forma privada. Según la Sociedad de Cirugía Plástica de Mar del Plata, el uno por ciento del total de intervenciones quirúrgicas estéticas que realizan corresponden a menores de 18".
"Es cierto que muchos cirujanos no consideran ético realizar cirugías estéticas a adolescentes y no lo hacen, y está muy bien. Pero la ley se elaboró justamente para aquellos que no tienen esta visión ética y lo siguen haciendo pese a todo".
Concluye Brawer: "El proyecto de ley ya tiene dictamen favorable de la comisiones de Salud y de Familia, y en poco tiempo llegará al recinto para que lo trate Diputados. Respecto de su efecto en la sociedad si la norma es sancionada y finalmente se convierte en ley, espero que sirva para proteger a los adolescentes de las presiones que llevan a la no aceptación del propio cuerpo, en el momento en que su subjetividad personal se está constituyendo. Es importante resaltar que esta ley que impulso prohíbe las cirugías meramente estéticas y exceptúa claramente a todas aquellas intervenciones reparadoras o a aquellas que de no realizarse, afectarían el desarrollo psicosocial del niño o adolescente".
Agrega Ferriols: "El panorama respecto de los jóvenes y la compulsión por parecerse a otros a través de las cirugías lo veo sombrío. Llegan al consultorio cada vez más jóvenes con esta idea. Hay muchas chicas que a los 18 se quieren poner lolas y ni siquiera tienen desarrollada la glándula mamaria. El cirujano nunca puede poner en riesgo la vida de sus pacientes, ni un segundo. En este contexto la ley no sirve para nada, no está anclada en la realidad".
Van Thienen se dirige directamente a las jóvenes que se interesan por la moda de las Barbies humanas: " Si damos por sentado que es una moda como si fuera una colección otoño- invierno 2014, estamos mal. Nos tenemos que replantear como adultos qué le estamos mostrando como paradigma a nuestros jóvenes y a nuestros hijos. La belleza va por dentro, parece un eufemismo, pero al final del día es la verdadera. Embellezcan sus cuerpos con el equilibrio del justo medio. Seamos los adultos los responsables de poner los límites, para sugerir, acompañar y orientar de la mejor manera a todas aquellas situaciones donde se está evaluando la posibilidad de acceder a una cirugía en búsqueda de la belleza. Con esto podemos decir sí a una cirugía correctiva , que va a tener un resultado estético de mejora y con ello un impacto positivo en la autoestima. En estos casos no es moda, es medicina".